La corrupción es un flagelo mundial que limita las relaciones comerciales, la competencia y disminuye el crecimiento y la expansión de los negocios le cuesta al mundo 2,6 millones de dólares al año, lo que representa el 5% del PIB mundial y las empresas pagan un billón de dólares al año en sobornos
Según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, se calcula que en los países en desarrollo se pierde, debido a la corrupción, una cantidad de dinero diez veces mayor que la dedicada a la asistencia oficial para el desarrollo.
La corrupción es un delito grave que frena el desarrollo económico y social en todas las sociedades. Ningún país, región o comunidad es inmune. A pesar de los esfuerzos internacionales del Banco Mundial, la ONU y la OCDE, entre otras asociaciones internacionales, son las empresas y las personas las que marcan la pauta para un cambio de cultura que rechace cualquier acto de corrupción.
La convención de las Naciones Unidas contra la corrupción (CNUCC), reconoce que no puede combatir la corrupción sin el compromiso de las empresas para prevenirla y busca empoderar a las mismas, posicionándolas como aliadas en la lucha para generar los cambios necesarios que contribuyan a ambientes empresariales más íntegros y transparentes; reconoce la importancia de que el sector público y privado unan esfuerzos en pro de la lucha contra la corrupción.
La CNUCC asegura que las empresas que operan en mercados altamente competitivos, necesitan asegurar la justicia y equidad en las relaciones comerciales y en la cooperación de sus estados y organizaciones internacionales, los que deben promulgar mercados competitivos pero justos[2].
La OCDE presentó el informe sobre cohecho internacional, basado en 427 casos de soborno, en donde comunicó, que el 10% de estos se presentan en el sector de la información y comunicación. Reportó que el 57% de los casos, los sobornos fueron pagados para obtener contratos de adquisición del sector público, seguido de la liberación de trámites aduaneros con el 12%.
En promedio, los montos de soborno equivalen a 10.9% del monto total de la operación y a 34.5% de las ganancias. Lo anterior, comprueba como los sobornos restan utilidad y aumentan los gastos de las organizaciones y las exponen a pérdidas de reputación y sanciones.
En el informe se emitieron sentencias de encarcelamiento a 80 personas que fueron consideradas culpables de cohecho internacional.
En total, hubo 261 multas impuestas a personas y empresas, y la multa combinada más alta impuesta en contra de una sola empresa ascendió a un total de EUR 1.8 mil millones. La sanción económica más alta impuesta en contra de una persona en un caso de soborno internacional fue una orden de confiscación por la cantidad de USD 149 millones[3].
Podríamos definir a la corrupción, como un fenómeno social que limita las relaciones comerciales, la competencia y disminuye el crecimiento y la expansión de los negocios.